Se destacan por su textura firme, piel suave y un sabor deliciosamente neutro que los hace ideales para una amplia variedad de preparaciones, de desde purés cremosos hasta horneados crujientes. Con una alto contenido de almidón, son especialmente apreciados para freír y asar, garantizando resultados dorados y perfectos cada vez. Además, son una excelente fuente de potasio, vitamina C y fibra.